lunes, 30 de mayo de 2011

ORFEO

El canto de las Musas encerraba toda la belleza y toda la sabiduría del Universo, pero hubo un mortal que con su lira fue capaz de producir una música tan bella y tan poderosa como dicho canto. Ese mortal se llamaba Orfeo.
    Las bestias más salvajes se apaciguaban al escuchar su lira. Los árboles y las rocas se movían como si estuvieran bailando, las olas del mar corrían en dirección contraria, e incluso el fuego formaba bellas y caprichosas figuras ante los mágicos acordes.
     Orfeo se casó con la ninfa Eurídice, de quien estaba profundamente enamorado. Pero apenas habían pasado unas cuantas semanas del matrimonio cuando ella fue mordida por una serpiente y pronto murió, sin haber podido despedirse de su amado.
    Orfeo entristeció profundamente. Abandonó todas sus pertenencias y se internó en el bosque con la única compañía de su lira. Se pasaba el día y la noche enteros tocando. Los animales y las ninfas, los sátiros, los dioses e incluso los centauros, comenzaron a llorar en cuanto aquellas tristísimas notas llegaban a sus oídos.
     Así pasó algún tiempo, Orfeo estaba fuera de sí de tanta tristeza. Por fin, una noche le vino a la mente de la idea de bajar hasta el Mundo de los Muertos, en busca de Eurídice.
    Tal vez ahí podría encontrarla, tal vez, incluso, podría lograr que Hades les permitiera regresar juntos a la Tierra. Sin más preparativos se encaminó hacia una gruta que tenía fama de conducir directamente al inframundo. Entró en ella; ante la música de su lira, los senderos subterráneos parecieron iluminarse y volverse más amplios. No fue muy largo el camino hasta la orilla del río Aqueronte, que separa el mundo de los vivos del de los muertos.

En un punto de aquella ribera se localizaba un embarcadero; desde ahí las sombras de los muertos debían llamar a Caronte, el barquero, haciendo sonar un gran cuerno. Orfeo no lo hizo, en cambio, siguió tocando y tocando su instrumento. Caronte respondió a tan irresistible llamado. Era un viejo decrépito y mal vestido que gobernaba una ruinosa embarcación.
    El trabajo de Caronte consistía en transportar las sombras de los muertos de un extremo al otro lado del río; por ello exigía recibir una moneda como pago; sin embargo, aceptó llevar a Orfeo gratuitamente, con tal de que éste no dejara de tocar durante el viaje.
Ya en la otra orilla, Orfeo dejó de tocar. Una multitud de sombras lo rodearon. Se encontraban muy excitadas, pues ningún ser vivo había penetrado nunca hasta aquellas profundidades.
    Entre las sombras, Orfeo reconoció las figuras de algunos reyes y héroes de los que había oído hablar, pero que habían muerto hacía mucho. Las sombras, por su parte, se arremolinaban a su alrededor haciéndole preguntas acerca de la Tierra y pidiéndole algo de sangre para alimentarse. Él se perdió entre ellas en busca de su amada.
    Finalmente, la vio a lo lejos; se encontraba llorando bajo el tronco retorcido de un árbol. Orfeo comenzó a tocar de nuevo. Eurídice y Orfeo se presentaron frente al trono de Hades. A un lado de éste, se hallaba sentada Perséfone, la joven diosa que hacía tiempo que él raptara y con la cual ahora estaba casado; ambos regían el Mundo de los Muertos.
    Orfeo suplicó que se le permitiera regresar junto con Eurídice al mundo de los vivos; tocó la lira y entonó cantos sentimentales. Los dioses se conmovieron y finalmente otorgaron su consentimiento.
- Regresen juntos hasta la luz del día- dijo Hades-. Pero, ten mucho cuidado, Orfeo, de no mirar el rostro de tu esposa sino hasta que se encuentren de nuevo al aire libre. Si lo haces, la perderás para siempre.
    Orfeo agradeció la bondad de los dioses, y desde ese momento evitó mirar a Eurídice; inmediatamente los esposos iniciaron el ascenso hacia la Tierra. Iban tomados de la mano; Orfeo caminaba delante y Eurídice lo seguía.
     Cruzaron el Aqueronte en sentido opuesto al de todos los pasajeros de Caronte. Para iluminar el camino, él portaba una antorcha encendida. El trayecto fue difícil y agotador, pero finalmente vieron la luz del día. Se sintieron muy felices y apresuraron el paso.
    Cuando se encontraban a punto de salir a la superficie, Eurídice tropezó con una piedra y cayó al suelo. Orfeo volteó para ayudarle y accidentalmente la miró a los ojos. En ese momento ella se desvaneció para regresar al reino de Hades… Nunca más volvieron a encontrarse.

CLOTO
BIBLIOGRAFÍA.
TRUJILLO, F. (2000) Mitología fantástica para niños. Selector: México.

ADONIS

Un día, la esposa del rey Ciniras de Chipre declaró atolondradamente que su hija Mirra era más hermosa que Afrodita. La diosa se vengó del insulto haciendo que Mirra se enamorase de su padre y subiera al lecho de éste en una noche oscura.
    Más tarde, Ciniras descubrió que era padre y abuelo del hijo que Mirra llevaba en su seno y, furioso, tomó una espada, sacó a su hija del palacio y la dejó abandonada en la cumbre de una colina, donde Afrodita la convirtió en el arbusto que produce la mirra, conocido afrodisiaco. De este arbusto nació el joven Adonis.
    Maravillada Afrodita de la hermosura del niño, lo ocultó en un cofre que confió a Perséfone, a quien encargó que lo guardase en un lugar oscuro. Perséfone, llena de curiosidad, abrió el cofre, halló a Adonis dentro y, prendada de él, se lo llevó a su propio palacio.

Cuando Afrodita se enteró de ello, fue a reclamar ante Zeus, quien dirimió la disputa ordenando que Adonis pasara cuatro meses en el Olimpo, y el resto del año lo dividiese entre las dos insaciables y enamoradas deidades. Pero Afrodita, obrando con engaño, es decir, llevando continuamente puesto su ceñidor mágico, acaparó a Adonis, y Perséfone fue a contar a Ares que Afrodita le era infiel con un simple mortal.
    Ares, celoso, se convirtió en jabalí y mató a Adonis en una cacería, ante los ojos de Afrodita. Anémonas brotaron de su sangre y su alma descendió al Hades. Zeus concedió a Afrodita que Adonis pasara los meses de verano con ella. La diosa del amor dio a Adonis un hijo, Golgos, y una hija, Beroea.
    El mito de Adonis, con ritos variantes, existió en muchos países del Mediterráneo Oriental. Bajo los nombres de Osiris, Tammuz, Adonis y Atis representó la muerte y la resurrección anual de la vida total de la naturaleza. Su existencia era maravillosa y efímera. En las costas de Siria y del Ática las mujeres lloraban al dios con grandes acentos de dolor.
    En Biblos, además de ofrecerle sacrificios, sus adoradores acudían a golpearse el pecho ante su tumba. Cuando el dios tenía que morir, las mujeres de Alejandría, suelta la cabellera y descubiertos los pechos, lanzaban al mar la imagen de Adonis.  

CLOTO
BIBLIOGRAFÍA.
BARTRA, Agustí. (1982). Diccionario de Mitología. Grijalbo: Barcelona.

domingo, 29 de mayo de 2011

LA CORNUCOPIA

Rea salvó a su pequeño hijo Zeus de ser devorado por Cronos. Dejó al bebé oculto en una cueva bajo el cuidado de una cabra. Esta cabra se llamaba Amaltea y sentía mucho cariño hacia el pequeño dios. Lo cuidaba con ternura y dedicación.
    Una vez, mientras los dos jugaban, el niño por accidente arrancó uno de los cuernos de la cabra: aunque todavía era pequeño, Zeus poseía gran fuerza. Amaltea dio un terrible grito y comenzó a llorar de dolor.


    Zeus se sintió muy apenado. Rápidamente colocó su manita sobre la herida e hizo desaparecer el dolor. Tomó el cuerno que yacía tirado en el suelo, se lo llevó a la boca y sopló por él como por una trompeta. Del cuerno comenzaron a brotar flores y frutas, leche, miel y semillas de todo tipo.
    Devolvió el cuerno a Amaltea, y ésta se maravilló ante los poderes del niño. Pero todas aquellas flores y alimentos y bebidas brotaban con tal abundancia del cuerno que hubiera resultado imposible conservarlo dentro de la cueva, así que Amaltea llamó a unas ninfas que vivían en un bosque cercano y se los entregó.
    Estas ninfas se dieron a la tarea de recorrer la tierra de un lado a otro, derramando los dones que manaban del cuerno sobre los mortales afortunados. Pronto se conoció aquel objeto maravilloso con el nombre de Cornucopia, o Cuerno de la Abundancia.
Cuando Amaltea envejeció y murió, Zeus colocó su figura en el cielo, en forma de una constelación. Actualmente, conocemos a esta constelación con el nombre de Capricornio.

                                                                                                                                                     CLOTO
BIBLIOGRAFÍA
TRUJILLO, F. (2000) Mitología fantástica para niños. Selector: México.


EL MITO DE NARCISO

Narciso, hijo de Cefiso y de la ninfa Liríope, quien el adivino Tiresias, (según la versión de Ovidio, al ser llamado por los padres para conocer el destino de del niño), predijo que éste <<llegaría a viejo si no se veía a sí mismo>>.
     Narciso crecía tan hermoso que hombres y mujeres le perseguían en busca de su amor; pero el desdeñaba a todos. Sucedió que un día, estando Narcisa de caza, le vio la ninfa Eco, se enamoró de él y lo siguió, pero nada obtuvo del gran desdeñoso.
     Eco, desesperada, se retiró a las soledades del bosque y pronto se convirtió en sólo una voz que gemía. Las doncellas despreciadas por Narciso, clamaron venganza al cielo, y fueron escuchadas por Némesis (la representación de la justicia) la cual hizo que, en un día de gran calor, Narciso se inclinara sobre una fuente para aplacar su sed y viera reflejado en el agua su rostro, que halló tan hermoso que no pudo apartarse de su contemplación.
     Enamorado de sí mismo, murió sin apartar los ojos de su imagen. Según una versión beocia, Narciso era un habitante de Tespis, cerca del Helicón. Era un joven de extraordinaria belleza, pero despreciaba las alegrías del amor, y no hacía el menor caso de otro joven, Aminias, que estaba enamorado de él y a quien terminó por enviar una espada.
     Aminias, comprendió el significado del regalo, se suicidó traspasándose con la espada delante de la puerta de la casa donde vivía Narciso. Los dioses decidieron castigar la crueldad de Narciso haciendo que se viera reflejado en una fuente y se enamorara de sí mismo. Desesperado de su pasión, se suicidó.
En el lugar donde cayó muerto, nació una flor, el narciso. Muchos pueblos han creído que el alma humana está en su sombra y, tambien, en la imagen reflejada en el agua o en un espejo. Frazer (1854-1941) nos cuenta que en una isla de Melanesia hay una laguna <<donde si uno mira, muere; el espíritu maligno se apodera de su vida por medio de su reflejo en el agua>>.
Los griegos consideraban como presagio de muerte que una persona soñase que se veía reflejada en el agua; temían que los espíritus de las aguas pudieran arrastrar la imagen reflejada de la persona o alma bajo el agua, dejándola así dispuesta a morir.
Éste debió ser posiblemente el origen de la leyenda del bello Narciso, quien languideció hasta morir al ver su imagen reflejada en la fuente.  

CLOTO

BIBLIOGRAFÍA
BARTRA, Agustí. (1982). Diccionario de Mitología. Grijalbo: Barcelona.


sábado, 28 de mayo de 2011

EROS Y PSIQUE

Psique era la hija de un rey que, por su gran belleza, cautivó al Amor mismo. Era la menor de tres hermanas, todas ellas hermosas, mas la hermosura de Psique era tanta que no había palabras para expresarla, y llegaba a asustar a los posibles pretendientes.
      Muchos creían que era Venus rediviva y, presa de religioso fervor, la adoraban arrodillados, porque debajo del rostro humano de la doncella, veneraban la majestad de la gran diosa, la cual enojada, pensaba: << ¿Es posible que yo, Venus, alma primitiva de la naturaleza, origen y germen de todos los elementos; yo, que fecundo al Universo, haya de repartir con una mortal los honores debido a mi majestad suprema? Venerado mi nombre en el Olimpo, ¿habrá de ser profanado en la tierra y he de ver desiertos mis altares a causa de una mujer destinada a la muerte? ¡Reciba la insolente hermosura que audaz usurpa así mis derechos el castigo de tan grave culpa!>>.
      Dicho esto, Venus llamó a su hijo Cupido, el alado y perverso niño que, armado de arco y flecha, comete toda clase de maldades, y se fue con él a la ciudad donde vivía Psique y, mostrándosela, le dijo:
     <<- ¡Oh hijo! Yo te ruego por el amor que tienes a tu madre, y por las dulces llagas de tus saetas, y por los sabrosos juegos de tus amores, que des cumplida venganza a tu madre: véngala contra la hermosura rebelde y contumaz de esta mujer y, sobre todas las otras cosas has de hacer una, la cual es que esta doncella sea enamorada, de muy ardiente amor, de hombre de poco y bajo estado, al cual la Fortuna no dio dignidad de estado, ni patrimonio, ni salud. Y sea tan bajo que en todo el mundo no halle otro, semejante miseria->>.
      Después de haber besado y abrazado a su hijo, Venus se marchó a la ribera de un río cercano, donde bañó sus pies, y luego se fue al mar para reunirse con las nereidas.
Mientras tanto, Psique vivía en la soledad. Todos la miraban y la alababan, pero nadie estaba dispuesto a casarse con ella: la consideraban como una estatua maravillosa. Sus hermanas, en cambio, se habían desposado con dos reyes. El padre de Psique decidió ir a consultar el oráculo de Apolo que estaba en la ciudad de Milesia.
      El dios le contestó: <<Pondrás a esta moza adornada de todo aparato de llanto y luto, como para enterrarla, en una piedra de una alta montaña, y déjala allí. No esperes yerno que sea nacido de linaje mortal; mas espéralo fiero y cruel, y venenoso como serpiente, el cual, volando con sus alas, fatiga todas las cosas sobre los cielos, y con sus saetas y llamas doma y enflaquece todas las cosas…>>.  
      El rey regresó a su casa lleno de tristeza y, ayudado por la reina, empezó a disponer todo lo que la doncella necesitaría para sus mortales bodas. El luto y el llanto reinaban en el palacio y en todo el pueblo. Entonces Psique dijo:
<< - ¿Por qué atormentáis vuestra vejez con tan continuo llorar? ¿Por qué arrancáis vuestras honradas canas? ¿Por qué rompéis en vuestros ojos los míos? Cuando el pueblo nos honraba y celebraba con divinos honores; cuando todos a una vez me llamaban la nueva diosa Venus, entonces os había de doler y llorar, entonces me habíais ya de temer por muerta: ahora veo y siento que sólo este nombre de Venus ha sido causa de mi muerte; llevadme ya y dejadme en aquel risco, donde Apolo mandó; ya no querría haber acabado estas bodas tan dichosas, ya deseo ver a aquel mi generoso marido. ¿Por qué tengo ya de contener a aquel que es nacido para la destrucción de todo el mundo?>>

Psique, acompañada de sus padres y de todo el pueblo, se dirigió al lugar donde tenía que ser abandonada. Mientras Psique lloraba sola encima del risco, vino un suave cierzo y la tomó en sus brazos, depositándola en un prado florido, donde durmió plácidamente.
     Al despertar, vio a poca distancia, un palacio tan hermoso que parecía ser morada de algún dios: el techo era de cedro y de marfil, las columnas eran de oro, las paredes de plata y el pavimento de piedras preciosas de diversos colores. Psique entró en el palacio y a poco oyó una voz que le decía que toda la riqueza que veía era suya, que entrase en la cámara y descansase en la cama, y luego la voz añadió: <<Y  cuando quisieres, pide agua para bañarte que nosotras, cuyas voces oyes, somos tus servidoras y te serviremos en todo lo que mandares, y no tardará el manjar que te está aparejado para esforzar tu cuerpo>>.
     Psique durmió un poco, se despertó luego, lavóse y, viendo que la mesa estaba puesta y  aparejada, fue a sentarse para comer. Manjares y vinos exquisitos fueron servidos a Psique, al tiempo que sonaban cantos y músicas gratísimos; pero ni los músicos y cantores se veían, ni podía descubrirse quién sostenía los platos, que parecían llevados por el aire. Por la noche, cuando empezaba a dormirse, despertó presa de gran espanto y temerosa de que no le aconteciese algún daño a su virginidad. Estando así “vino el marido no conocido, y subiendo a la cama hizo su mujer a Psique, y antes de que llegase el día partióse de allí”.
    De esta manera, pasó algún tiempo sin alcanzar a ver a su esposo ni a nadie, pero seguía escuchando en las tinieblas la voz misteriosa que era solaz y deleite de aquella soledad. Una noche, Psique suplicó a su invisible esposo que se dejara conocer y que le permitiese volver a ver a sus hermanas. La voz contestó:
    <<-La curiosidad, ¡oh Psique!, dulce amada mía, suele ser escollo de la dicha; no te dejes arrastrar por ella ni tampoco por el cariño de tus hermanas, que ahora están corriendo desoladas en tu busca. Mañana sus voces llegarán hasta ti; no les respondas si no quieres perderme>>.
    <<-¡Cómo!- exclamó llorosa Psique-. ¿Ni a mis hermanas podré ver cuando por mí se desvelan? Te lo suplico, si me amas, permite que puedan llegar hasta aquí, y conocerás la bondad de su corazón >>.
    <<-Sea en buena hora- contestó la voz-; consiento en que vengan; pero desconfía, adorada esposa mía, de los consejos que te den para saber quién soy; una curiosidad sacrílega nos separaría para siempre…>>.
     Al día siguiente, Céfiro trajo a Psique sus dos hermanas. Envidiosas éstas de la felicidad de su hermana pequeña, llegaron a convencerla de que si su esposo se ocultaba era porque debía tener una apariencia monstruosa. Con esto, el vehemente deseo de ver a su esposo se acrecentó. Llegó la noche y, vino también el misterioso amante, y allegóse a ella. Cuando Psique lo sintió dormido, deslizóse del lecho y con silencioso paso fue en busca del candil y de una espada, que tenía guardada desde la víspera, para ver y dar muerte al monstruo. Sin embargo, al acercarse nuevamente al lecho quedó extasiada al ver el hermoso cuerpo de Cupido, y cayó de rodillas. Cuanto más miraba el rostro divino de Cupido, más se recreaba con su hermosura. “Ella le veía los cabellos como hebras de oro, llenos de olor divino; el cuello blanco como la leche; la cara blanca y roja como rosas coloradas, y los cabellos de oro colgando por todas partes, que resplandecían como el sol y vencían a la lumbre del candil. Tenía asimismo en los hombros péñolas de color rosa y flores; y no obstante que las alas estaban quedas, las otras plumas debajo de las alas tiernas y delicadas estaban temblando muy gallardamente; todo lo otro del cuerpo estaba hermoso y sin plumas, como convenía al hijo de la diosa Venus que lo parió sin arrepentirse por ello.”
    En medio de su embeleso, estando Psique con el candil en la mano, quiso tocar el hermoso cuerpo, o quizás robar un beso a los labios entreabiertos, sucedió que una gota de aceite hirviendo cayó sobre el hombro derecho del esposo. Cupido saltó de la cama, y comprendiendo que su secreto había sido descubierto, dijo a Psique, al tiempo que empezaba a elevarse del suelo y ella se agarraba con ambas manos a la pierna derecha de su esposo:
    <<-¡Desventurada! Venus, mi madre, me mandó entregarte a un monstruo; al mirarte, hirióme una de mis propias saetas y te tomé por mujer, y en premio de mi cariño preparabas mi muerte. Tu imprudente curiosidad nos ha perdido, pues no quiere el destino que Amor sea esposo de una mujer mortal conociéndolo ella… Adiós, Psique, tus hermanas serán castigadas; en cuanto a ti, te abandono >>.
    Cupido desapareció, y con él se desvanecieron el palacio y sus jardines. Psique, desesperada, quiso poner fin a su vida y se lanzó a un río, pero las aguas recibierónla mansamente y la depositaron en la orilla, sana y salva. Después de tres días de viaje llegó a la ciudad donde reinaba su hermana mayor, a quién dijo que Cupido la había abandonado para casarse con la hermana ausente. Después refirió lo mismo a la segunda, y sucedió lo que era de esperar: una y otra corrieron al palacio de Cupido, pero al llegar al risco, donde antes Céfiro las había tomado en sus brazos, pensaron abandonarse a él y cayeron al fondo del abismo.
     Mientras tanto, Cupido, enfermo, se había refugiado cerca de su madre en el Olimpo. Venus dio orden de que se buscase a Psique por toda la tierra y fuese traída a su presencia, para castigarla. Inútilmente imploró la infeliz Psique ayuda a Ceres y a Juno: por fin cayó en poder de Venus, quién le impuso trabajos superiores a sus fuerzas, de los que sin embargo salió bien con el auxilio que secretamente le prestaba Cupido: sacó agua de un manantial custodiado por venenosas serpientes, fue a buscar vellones de lana dorada, separó en breve tiempo diferentes especies de grano que habían sido mezcladas en enorme cantidad. Finalmente, Venus le ordenó que bajara al Hades y pidiera a Proserpina cierta caja de belleza con la que podría reparar la que había perdido con los afanes causados por la enfermedad de su hijo, Cupido.


     Para descender más pronto a los infiernos, Psique ascendió a una altísima torre, con el ánimo de echarse abajo. Pero la torre, que tenía el don de hablar, descubrió a la doncella el modo de llegar a los infiernos sin necesidad de morir y la previno de que debía resistir la curiosidad de abrir la caja de Proserpina. Psique atravesó el río de los muertos en la barca de Caronte, arrojó una torta de cebada a Cerbero y pudo llegar ante Proserpina, quién le dio la cajita que deseaba Venus. En su viaje de regreso a la tierra, Psique se preguntó porque no había de aprovechar la belleza que había ido a buscar desafiando tantos peligros. Abrió, pues, la cajita, dentro de la cual no había nada, salvo un vapor infernal que cubrió a Psique de una niebla de espeso sueño que la hizo caer al suelo, privada de sentido. Al punto acudió en su auxilio Cupido y, apartando de ella el sueño, tocó levemente con una de sus saetas a su amada, la despertó y le dijo que fuera pronto a llevar la cajita a Venus, mientras el corría a implorar a Júpiter que la elevase a la categoría de los inmortales y consintiera su casamiento. El padre de los dioses accedió a todo y Venus, por fin, también estuvo de acuerdo en que se efectuara el enlace. De la unión de Psique y Cupido nació Volupia, la voluptuosidad o el placer.


CLOTO
BIBLIOGRAFÍA.
BARTRA, Agustí.(1982). Diccionario de Mitología. Grijalbo: Barcelona.

domingo, 22 de mayo de 2011

Tragedia griega

Esquilo (Eleusis, Grecia 525 a.C.- Gela, Sicilia 456 a.C.)
Fue un trágico griego que vivió en un periodo de grandeza para Atenas, tras las victorias en batalla contra los persas, en las cuales participo directamente.
Escribió 82 piezas. Consiguió su primera victoria en composición dramática en el 484 a.C.; sólo fue vencido por Sófocles en 468 a.C.
Se le considera el fundador de la tragedia griega a partir de la lírica coral, introdujo un segundo actor en escena y también innovo en cuestiones de estenografía y técnica teatral.
De  toda su obra sólo se conservan siete piezas completas, seis de ellas premiadas y además fragmentos de otras tantas.
 El sufrimiento humano es el tema principal en el teatro esquileo, un sufrimiento que lleva al personaje al conocimiento, y que no está reñido con una fuerte creencia en la justicia final de los dioses. El sufrimiento humano tiene siempre una causa directa o indirecta en una acción malvada o insensata que conduce a la desgracia de los protagonistas.
El estilo lírico de Esquilo es claro pero con una fuerte tendencia a lo arcaico y con rasgos homéricos.



Sófocles (Colona, Grecia 495 a.C.- Atenas, Grecia 406 a.C.)
Hijo de un rico armero, a los dieciséis años fue elegido director del coro de muchachos para celebrar la victoria de Salamina.
            En el 468 a.C. se dio a conocer como autor trágico al derrotar a Esquilo en un concurso celebrado en Atenas durante las fiestas dionisiacas.
            Tuvo mucha actividad política debido a su amistad con Pericles y Herodoto.
            Fundó una Asociación de Artistas con objeto de fomentar el espíritu creador de los jóvenes novatos.
            Utiliza la ironía trágica como una rueda de la fortuna en la que de un momento a otro puede cambiar la suerte o el destino del personaje; también tienen una gran relevancia en su obra los oráculos y los dioses.



Eurípides (Isla de Salamina 485 a.C.- Pella 406 a.C.)
Procedente de una familia humilde, tuvo como maestros a Anaxágoras, Protágoras, Pródicos y a Sócrates, las enseñanzas de estos se reflejan en su obra.
            En 455 a.C. presentó en un concurso su primera tragedia Los pelíadas; escribió noventa y dos obras, de las cuales se conservan diecisiete.
            En su tiempo fue acusado de escepticismo y poco respeto por los dioses, pues, poseía una visión negativa de la religión, misma que se ve reflejada en su obra Hipólito.
            Aportó, para la tragedia, una mayor penetración a la psicología del personaje y un sentido renovado de los valores dramáticos.



Aristófanes (Atenas, Grecia 450 a.C.- ¿? 385 a.C.)
Se sabe muy poco de su vida y los datos que se tienen han sido extraídos de sus obras; es el único comediógrafo griego del cual se conserva parte de su obra.
            Estuvo implicado en la vida política ateniense, fue participe de las luchas para la instauración del Partido Aristocrático y se mostró en desacuerdo con el gobierno de los demócratas.
            En la representación de sus comedias los mimos, las parodias y los coros desempeñaban un papel muy importante; la música y la danza formaban también parte fundamental de la obra.
            Sus comedias son una mezcla de lo vulgar con lo poético, usa el lenguaje ingeniosamente, utiliza el sarcasmo y pausas líricas interrumpen de continuo la acción.
            Escribió cuarenta y dos comedias, de las cuales sólo se conservan doce.




FUENTES:
Imágenes de www.google.com

Láquesis

miércoles, 18 de mayo de 2011

APULEYO Y SU ASNO DE ORO


DESDE OTRA PERSPECTIVA


<< Uno a uno, todos somos mortales, juntos, somos eternos >>.

LUCIO APULEYO

Lucio Apuleyo, también conocido como Apuleyo de Madaura, fue una notable figura de la literatura, la retórica y la filosofía platónica de su tiempo. Nació en Madaura (hoy Mdaurusch, en el norte de Argelia) hacia el año de 124 a.C. Estudió gramática y retórica en Cartago (Túnez), y filosofía platónica en Atenas. Más tarde ejerció la abogacía en Cartago y Roma.
     Gracias a la herencia paterna emprendió largos viajes y asiduos estudios, así como la frecuentación de astrólogos y magos; se inició, tambien, en los misterios de varias comunidades religiosas, así como en los ritos místicos de Isis, un rito presente y loado en su principal obra. Posteriormente se casó con la rica viuda Emilia Pudentilla, matrimonio que le trajo ciertas dificultades, pues fue acusado por la familia de ésta, de haberla seducido con hechizos y brujería. Para salir al paso de tales acusaciones, Apuleyo escribió la Apología (año 173), por la que se conoce su vida.
     Aunque fue el autor de diversos poemas y tratados, sólo se conserva Florida, una antología de sus discursos, tres de carácter filosófico: De Deo Socratis, De Platone et eius dogmate, y De Mundo, y por supuesto, la obra que daría fama inmortal a Apuleyo: la extensa narración en prosa en once libros que él llamó Metamorfosis, más conocida como El asno de oro. Sin embargo, ciertas fuentes señalan que el argumento de la novela no fue una invención de Apuleyo, sino que parece haberlo tomado de la narración hoy perdida  de un tal Lucio de Pratas; un relato que ya tenía la forma autobiográfica y del que se encuentra una versión más corta en griego atribuida a Luciano. “Esta novela breve que se atribuye a Luciano ofrece en una forma abreviada la misma historia que Apuleyo desarrolla –pasando de dos a once los libros del texto - y la que dota de un nuevo final.” 1
     No obstante, no es esto sobre lo que nos interesa discutir, sino hacer una breve reseña una obra que podría ser considerada como una de las precursoras de la novela fantástica contemporánea.

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La metamorfosis, comúnmente conocida como El asno de oro, es una novela que retrata las peripecias y aventuras del joven Lucio, un ser curioso que desea conocer el arte mágica en la ciudad de Tesalia, donde se presumía hacían uso de estas artes, capaces de provocar ese frenesí que tanto mal hace al corazón humano; hecho del cual no salió airoso el joven Lucio, pues al dirigirse allá, encontró a su paso, y sin saberlo, personas que tendrían algo que ver con el enorme giro que daría su vida: ser transformado, por medio de un ungüento mágico, en un animal, que aún en nuestros tiempos, es considerado uno de los animales de más bajo rango que existen dentro del reino animal: un burro, una “bestia de carga” con un aura de melancolía a cuestas, pues conoce de antemano su terrible destino, mas al contrario de lo que se piensa, este animal observa cada paso que da el hombre que se cree superior a éste, y casi siempre, no es el paso correcto.
     Así es como Lucio observa desde sus ojos de bestia, el acontecer humano, las faenas en las que se ve envuelto, y las humillaciones que es capaz de sufrir sin rechistar: cuando es secuestrado por una veintena de sanguinarios ladrones, quienes al advertir en Lucio cierta debilidad, amenazan al miserable con quebrarle las patas, y posteriormente, arrojarlo de un acantilado.
      Ésta y otras situaciones degradantes - como la zoofilia de la cual es presa una mujer acomodada que por unas cuantas monedas, desea pasar una noche con Lucio- tendrá que enfrentar Lucio en su camino hacia la conversión burro-humano.
     Finalmente, logra su cometido, pues al llegar a la ciudad de Zencreas, tierra corintia, Lucio sufre una especie de sueño-alucinación en el que vislumbra a la Luna; después de incesantes súplicas y promesas hacia la Diosa, para que pueda revertir el terrible hechizo del cual Lucio es presa; ésta le da como respuesta que espere a la próxima celebración e su nombre, y ahí hallará a un sacerdote que traerá consigo una corona, “la cual resplandecerá tejida de rosas delicadas y muy frescas”, rosas que servirán a Lucio para revertir el hechizo.  
Éste así lo hizo, seducido con los himnos y danzas solemnes ahí practicadas en honor a Isis; y he aquí que milagrosamente Lucio recupera su forma humana gracias a la diosa egipcia, en agradecimiento, Lucio planea convertirse en sacerdote de su religión, lo cual exige de disciplina y ciertas cualidades que se requieren para llegar a tal rango, requerimientos que éste aceptará con paciencia y fe para lograr esa enmienda.

El asno de oro, cómo se mencionó antes, es, podríamos decir, una de las pioneras de la novela fantástica que combina ingredientes realistas, míticos, religiosos y picarescos. En el inicio de la novela se alude a las artes mágicas, arte que no era bien visto, pero que aún se creía practicado por algunas mujeres no dignas de confianza; conocemos por diversas referencias que durante esa época podía palparse una misoginia tremenda, y todo lo referente a brujería o malos augurios, era producto de la mujer, mas en la obra sólo llega a vislumbrarse muy poco, pues el autor pinta a la mujer, ya no como un ser carente de ideas, sino como un ser que en su belleza y misticismo radica su esencia, como en el caso de la diosa egipcia, Isis.
    Otro de los elementos interesantes, es la inclusión de pequeñas fábulas o relatos que le dan un carácter didáctico a la obra; entre estos relatos se encuentra el mito de Cupido y Psique. Una fábula que Apuleyo logra transformar en casi una novelizacion del mito, por la complejidad de sus personajes, y la exuberante descripción que hace de los sucesos.


El asno de oro, considerada una obra didáctica ejemplar, nos permite ver desde la visión de un asno, las debilidades y defectos de una raza pensante que cree ser superior a cualquier otra especie que habite a su alrededor; un hombre (Lucio) que por curiosidad y picardía termina convertido en asno, hecho que le permitirá darse cuenta que los hombres más que pensar antes que actuar, se dejan llevar por sus instintos, convirtiéndose en aquellos animales (asnos) que ellos creían inferiores.
     Una obra escrita en primera persona, y con un estilo ameno, rayando en ocasiones, en lo poético; una historia que nos lleva de la mano del asno Lucio, y nos permite ver aquellos pantanos en los que se ha hundido el hombre: la avaricia, la crueldad, el escepticismo, la intolerancia, entre otras. Pero que al final, Lucio encuentra la respuesta, y su salvación en la religión, en aquel plano espiritual que atenúa los terrores del plano terrenal.
     Una novela que logra cautivar nuestra atencion, pues desde cualquier plano que se le mire, nos parecerá fascinante con la mezcla de diversos géneros: el realismo con una dosis de picardía entremezclado con el misticismo de lo religioso.   



REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS.

1. Carlos García Gual en el estudio preliminar.

APULEYO, El asno de oro. Edit. Alianza, Madrid, 1993, 271 pp.

CLOTO (Andrea Anahí García C.)

lunes, 16 de mayo de 2011

El otro lado de Nerón.


El 12 de Abril inauguraron en Roma la exposición Nerone, sobre el emperador romano (37-68 d.C.), que promete mostrar otra cara del conocido déspota cruel y sanguinario que mató a su mamá y esposas.


La muestra se extiende por el foro romano, el foro palatino y el Coliseo y estará abierta al público hasta el 18 de septiembre de este año.


Para ir a la página oficial (en inglés e italiano) da click aquí.

domingo, 1 de mayo de 2011

Lírica griega

Arquíloco (Paros 680 a.C.- Naxos 643 a.C.)
Al contrario de la mayoría de los autores de su época Arquíloco se caracterizó por romper con lo hasta entonces establecido, tanto en la sociedad como en la poesía griega.
Dejó el ejército para convertirse en mercenario y se opuso a los valores heroicos, tan importantes entonces, estos hechos le valieron que su obra fuera prohibida en Esparta.
Su poesía es considerada por algunos como un antecedente del realismo literario, pues en ella expresa crudamente lo que se vivía en los campos de batalla. También crea el verso yámbico, con el cual usualmente se refiere a temas de sátira, obscenos y sobre todo controversiales.
Por todas estas razones, la obra de Arquíloco fue muy censurada y poco apreciada por sus contemporáneos, pero, más adelante se convierte en una gran influencia para otros poetas griegos, como: Catón, Catulo y Horacio.

Alceo (Mitilene, Lesbos 630 a.C.- 550 a.C.)
De familia aristócrata, Alceo vivió muy de cerca los conflictos políticos de su patria, hecho que marcó indudablemente su poesía.
Junto con Safo y Anacreonte hacen prevalecer la elegía monódica, o sea que a diferencia de los poetas anteriores ellos comienzan a usar vivencias más intimas como tema de sus poemas, este tipo de poesía es recitada por una sola voz y acompañada por una lira.
Los temas más frecuentes en la poesía de Alceo son: la guerra, los banquetes, cantos de amor o poemas hímnicos.
Es también el creador de la estrofa arcaica. De su obra no se conservan textos completos si no sólo fragmentos, aproximadamente 150.

Safo (Mitilene, Lesbos 650/610 a.C.- 580 a.C.)
Fue muy conocida por fundar una escuela para mujeres, al estilo de Platón, donde enseñaba artes, en especial danza y canto; algunos dicen que sostenía relaciones con sus alumnas, a pesar de que no hay pruebas fehacientes de ello en el 1073 el Papa Gregorio VII mando quemar los manuscritos con sus poemas.
Otros le relacionan también con su contemporáneo Alceo, se cree que algunos de sus poemas están dedicados para él y que incluso Alceo llego también a escribir poemas dedicados a Safo.
En su poesía prevalecen los temas amorosos y muy personales, una de sus más grandes inspiraciones fue la diosa Afrodita a quien compuso un himno.
Se le atribuye la creación de la estrofa sáfica, misma que influyo de manera notable sobre los escritores románticos; también influyo a grandes escritores de su época como Teócrito y Catulo.

Anacreonte (Teos 582 a.C.- Tesalia 485 a.C.)
Su obra representa un parte aguas para la poesía, pues él descarta de manera tajante todos los temas convencionales y se dedica por completo a la exaltación del amor, la belleza, la embriaguez y los banquetes.
Con una conducta que pudiéramos calificar de dionisiaca, rechaza por completo la guerra, la muerte y la vejez, concentrándose por completo en el goce de los placeres.
Posteriormente, sus poemas fueron imitados por un sinnúmero de autores y adquirieron el nombre de anacreónticas.

Píndaro (Cinocéfalos 518 a.C.- Argos 438 a.C.)
La obra de Píndaro es la que más completa ha llegado a nosotros pues se cuentan con cuatro libros de epinicios que son en total cuarenta y cinco odas, además de algunos fragmentos sueltos.
Los epinicios eran cantos que se componían en honor de los ganadores de los Juegos Panhelénicos, generalmente Píndaro utilizaba la victoria como entrada para presentar al atleta y después exaltar su belleza y bondad, valores que para él debían prevalecer ante todo.
Compuso además: himnos, peanes, partenios, cantos al vino, trenos, etc.
Se caracteriza por su lenguaje rebuscado y un uso excesivo de las figuras retóricas, además de disociaciones muy bruscas entre las imágenes poéticas.
Solía utilizar al final de sus poemas una especie de moraleja de humildad.

Teócrito (Siracusa 310 a.C.- Cos 250 a.C.)
Poeta alejandrino, considerado el primer poeta urbano.
Creador de la poesía bucólica o pastoril, a manera de “idilios”, que son pequeños poemas dialogados.
Uno de sus temas favoritos era la relación entre la naturaleza y el hombre, tanto así que creó el mundo de “Arcadia” en donde “hasta los dioses, semidioses y héroes están a la altura de los hombres”.

Láquesis.

Las hijas de la Noche

Las Moiras son hijas de Nyx, según Hesiodo, aunque algunos señalan que son hijas de Zeus y Nyx o de Zeus y Temis; sus nombres son Cloto (la hilandera), Láquesis (la distribuidora) y Atropos (la inflexible o indomable).
Se las representaba vestidas con túnicas blancas e hilando siempre el destino y la vida de los hombres. Sus decisiones eran inapelables, incluso para los dioses, sin embargo, hay autores, como Pausanias, que sostenían que Zeus tenía el poder de controlar sus acciones. Con el paso del tiempo aparecieron dioses, como Apolo, quienes intentaron cambiar sus designios y burlarse de ellas.
Una de las primeras creencias sobre las Moiras era que aparecían tres noches después del nacimiento de cada niño o niña para determinar su destino, tal vez por esta razón se cree que en algún momento estuvieron también ligadas con la fertilidad y que las novias les ofrecían regalos y mechones de cabello en espera de recibir sus dones.
En la época de Pericles las figuras de las Moiras ya estaban definidas y tenían una forma de representación más estable, aunque como sucede con otras deidades, su lugar en el “árbol genealógico” de los dioses suele cambiar según el autor que las mencione.
Estas deidades tenían varios templos en la antigua Grecia, además se adoraba las Moiras del nacimiento y de la muerte (Cloto y Atropos) en el oráculo de Delfos; los atenienses consideraban a Atenea como la más grande de las Moiras y en otros lugares ocurría lo mismo con Afrodita.
Las Moiras o Hijas de la Noche, jugaron un papel de suma importancia dentro de la Mitología griega, pues, como dueñas del destino eran quienes decidían la vida y fortuna de todos, desde de los simples campesinos, hasta de los héroes y dioses más importantes; también, gracias al papel sobresaliente que tuvieron nos podemos dar cuenta de que, tal como se representaba en la literatura, para los griegos el Destino era la mayor de todas las fuerzas y sin importar que hicieran, nunca lograrían escapar de sus mortales designios.
Láquesis


Bibliografía:
Garibay K., Ángel Ma. (1964 10º edición). Mitología griega. D.F, México: Editorial Porrúa.
Moiras. (2011, Marzo 29). Obtenido de http://es.wikipedia.org/wiki/Moiras
Imágenes obtenidas de www.google.com