Obra de Alceo


Nació en Mitilene, isla de Lesbos; no se sabe con exactitud la fecha de su nacimiento, pero, se cree que era de la misma edad de Safo y que vivió entre los siglos VII y VI a.C.
Hijo de una familia de la clase aristócrata gobernante en la isla de Lesbos, se vio involucrado durante toda su vida en la escena política de su ciudad natal y de forma especialmente cercana en el conflicto con los tiranos del partido populista, pues, por este motivo fue exiliado dos veces al perder frente a Pítaco, quien finalmente lo perdono y le permitió regresar; fue poeta y soldado, al igual que muchos de sus contemporáneos.
Al parecer, su vida se desarrolló como lo que hoy se consideraría una existencia burguesa; entre su salón de armas, pues como ya lo he mencionado era soldado y aficionado a la guerra, y el comedor de su casa, en donde celebraba banquetes en los que abundaban el vino, la comida y por supuesto la poesía, que se complacía en leer para sus invitados.
Alceo es considerado uno de los principales representantes de la lírica arcaica griega y el segundo de los nueve grandes poetas canónicos, según los helenos.
Fue un innovador en materia de poesía, junto con Safo y Anacreonte comienzan a usar la elegía monódica, esto es, hacen prevalecer los temas personales, las vivencias intimas del autor o los temas amorosos, sobre otros que eran más socorridos en aquella época; estos poemas son cantados por una sola voz y acompañados con una lira.
Entre los temas más usuales de este poeta están los poemas políticos y bélicos, himnos a algunas deidades, los poemas al amor y a los banquetes.
Originalmente su obra fue recogida en una colección de diez tomos por Aristófanes de Bizancio y Aristarco de Samotracia, ambos eruditos alejandrinos, pero en la actualidad sólo se conservan alrededor de ciento cincuenta fragmentos, lo cual dificulta bastante el estudio profundo de su obra y la formación de ideas concretas sobre el estilo y la poesía del autor.
Además, se le atribuye la creación de la estrofa arcaica, la cual se forma por un cuarteto, sus dos primeros versos son endecasílabos y los dos últimos heptasílabos; esta misma forma fue adaptada al latín y muy utilizada por Horacio.
Por lo que podemos apreciar en lo que se conserva de su obra, tenía un estilo sobrio y elegante, recurría frecuentemente al uso de metáforas y otros tropos.
Es usual la invocación o mención de los dioses en sus poemas, ya sea para alabarlos, pedirles algún don o simplemente para narrar alguna anécdota divina.
Otra figura que es muy recurrente en su poesía es la de “la nave”, se cree que ésta hace alusión al Estado, como en el siguiente fragmento:
El rumbo de los vientos no comprendo;
pues desde aquí revuélvese una ola,
desde allí otra, y en el medio
con la negra nave se nos lleva,

por la gran tempestad muy trabajados;
que al pie del mástil, agua hay de sentina,
y hendida ya la vela toda,
y en la misma grandes desgarrones,
y se aflojan las jarcias…
En el fragmento anterior el poeta expone su preocupación por el Estado, que al igual que un barco es arrastrado y amenazado por la tormenta y las enormes olas, que representan el peligro de la tiranía.
En estos escasos versos se ve reflejada una gran parte de la vida de Alceo, puesto que el conflicto político lo llevo a alejarse de su hogar durante quince años, y como soldado y hombre de Estado estuvo íntimamente ligado con los acontecimientos políticos de su ciudad; sin embargo, en su poesía vemos ya un cambio con respecto a la forma de tratar este tema y es que a diferencia de los autores anteriores, él suma al acontecimiento descrito sus propias emociones o impresiones al respecto, o sea que su poesía se vuelve más subjetiva.
En la poesía de Alceo es también común el tema de los banquetes, como se observa en los versos que presento a continuación:
Bebamos; ¿para qué las lámparas? Un dedo, el día;
baja, así, pronto las copas de los grandes armarios,
pues de Sémele y  de Zeus el hijo donó a las gentes
el vino, alivio de los males; viértelo, una mezclando
con dos, colmadas hasta los bordes, y que una copa
siga a la otra…
En la estrofa anterior podemos observar varios detalles, por ejemplo, la referencia a Dionisos, quien dio el vino a los hombres y cuyo nombre no es mencionado en el poema, sin embargo, se hace referencia a él nombrando a sus progenitores, Zeus y Sémele, y uno de los dones por los que es conocido.
En el primer verso hace alusión a la brevedad del día y a que considera una pérdida de tiempo “esperar las lámparas”, es decir la noche, para comenzar con la celebración y la bebida, se presenta de nuevo el uso de la metáfora aunado a una referencia histórica, pues “un dedo” era una referencia mínima de medida, lo cual nos da idea de que se refiere a algo de tamaño reducido o corta duración.
Los últimos versos del fragmento ensalzan el vino e invitan a degustarlo sin medida, en la abundancia total y siguiendo una copa de otra sin parar de beber; debemos recordar que este tipo de fiestas eran frecuentísimas en el hogar de Alceo y formaban una parte importante de la vida de los hombres en aquella época, pues ahí se discutía sobre todos los temas de actualidad, política, arte y se leían poemas escritos especialmente para esas ocasiones.
Tenemos, pues, en la obra de este autor un interesante retrato, no sólo de su vida sino de la de todo un estrato social durante su época, de las costumbres, el culto religioso y la visión política que fue tan importante en el mundo antiguo.
Leer a Alceo es, sin duda alguna, una tarea nada sencilla, ya que al no tener más que fragmentos de su obra, muchas veces nuestras expectativas se ven cortadas de tajo por versos incompletos o estrofas sueltas de los poemas, mismos que nos dejan a la mitad de la bella imagen que comenzábamos a formar alrededor de las palabras del poeta.
Pero, a pesar de todos los inconvenientes que puedan surgir entorno de su lectura, así como la escasa información que se tiene sobre su vida, acercarse a la obra de este autor griego es todo un descubrimiento que amplia nuestro panorama sobre el nacimiento de la poesía a partir de la lírica griega.

BIBLIOGRAFÍA___________
Bonifaz Nuño, Rubén.  (1998). Antología de la lírica griega. México, D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México.
Antología de textos de autores griegos y latinos. (1971). México, D.F.: Universidad Nacional Autónoma de México.

Láquesis